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La Biblia de las Américas

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San Mateo 18



El mayor en el reino de los cielos

1 En aquel momento se acercaron los disci'pulos a Jesu's, diciendo: ¿Quie'n es, entonces, el mayor en el reino de los cielos?
2 Y El, llamando a un nino, lo puso en medio de ellos,
3 y dijo: En verdad os digo que si no os converti's y os hace'is como ninos, no entrare'is en el reino de los cielos.
4 Asi' pues, cualquiera que se humille como este nino, e'se es el mayor en el reino de los cielos.
5 Y el que reciba a un nino como e'ste en mi nombre, a mi' me recibe.
6 Pero al que haga tropezar a uno de estos pequenitos que creen en mi', mejor le seri'a que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar.

¡Ay de los que son piedras de tropiezo!

7 ¡Ay del mundo por sus piedras de tropiezo! Porque es inevitable que vengan piedras de tropiezo; pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
8 Y si tu mano o tu pie te es ocasio'n de pecar, co'rtatelo y e'chalo de ti; te es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies, ser echado en el fuego eterno.
9 Y si tu ojo te es ocasio'n de pecar, arra'ncatelo y e'chalo de ti. Te es mejor entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego.
10 Mirad que no desprecie'is a uno de estos pequenitos, porque os digo que sus a'ngeles en los cielos contemplan siempre el rostro de mi Padre que esta' en los cielos.
11 Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se habi'a perdido.

Para'bola de la oveja perdida

12 ¿Que' os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja las noventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada?
13 Y si sucede que la halla, en verdad os digo que se regocija ma's por e'sta que por las noventa y nueve que no se han descarriado.
14 Asi', no es la voluntad de vuestro Padre que esta' en los cielos que se pierda uno de estos pequenitos.

Sobre la exhortacio'n y la oracio'n

15 Y si tu hermano peca, ve y repre'ndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano.
16 Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos ma's, para que TODA PALABRA SEA CONFIRMADA POR BOCA DE DOS O TRES TESTIGOS.
17 Y si rehu'sa escucharlos, dilo a la iglesia; y si tambie'n rehu'sa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuestos.
18 En verdad os digo: todo lo que ate'is en la tierra, sera' atado en el cielo; y todo lo que desate'is en la tierra, sera' desatado en el cielo.
19 Adema's os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aqui' en la tierra, les sera' hecho por mi Padre que esta' en los cielos.
20 Porque donde esta'n dos o tres reunidos en mi nombre, alli' estoy yo en medio de ellos.

Importancia del perdo'n

21 Entonces se le acerco' Pedro, y le dijo: Senor, ¿cua'ntas veces pecara' mi hermano contra mi' que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?
22 Jesu's le dijo: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Para'bola de los dos deudores

23 Por eso, el reino de los cielos puede compararse a cierto rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.
24 Y al comenzar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debi'a diez mil talentos.
25 Pero no teniendo e'l con que' pagar, su senor ordeno' que lo vendieran, junto con su mujer e hijos y todo cuanto posei'a, y asi' pagara la deuda.
26 Entonces el siervo cayo' postrado ante e'l, diciendo: "Ten paciencia conmigo y todo te lo pagare'."
27 Y el senor de aquel siervo tuvo compasio'n, y lo solto' y le perdono' la deuda.
28 Pero al salir aquel siervo, encontro' a uno de sus consiervos que le debi'a cien denarios, y echa'ndole mano, lo ahogaba, diciendo: "Paga lo que debes."
29 Entonces su consiervo, cayendo a sus pies, le suplicaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo y te pagare'."
30 Sin embargo, e'l no quiso, sino que fue y lo echo' en la ca'rcel hasta que pagara lo que debi'a.
31 Asi' que cuando vieron sus consiervos lo que habi'a pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su senor todo lo que habi'a sucedido.
32 Entonces, llama'ndolo su senor, le dijo: "Siervo malvado, te perdone' toda aquella deuda porque me suplicaste.
33 "¿No deberi'as tu' tambie'n haberte compadecido de tu consiervo, asi' como yo me compadeci' de ti?"
34 Y enfurecido su senor, lo entrego' a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debi'a.
35 Asi' tambie'n mi Padre celestial hara' con vosotros, si no perdona'is de corazo'n cada uno a su hermano.


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