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La Biblia de las Américas

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1 San Juan 3



Los hijos de Dios

1 Mirad cua'n gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conocio' a El.
2 Amados, ahora somos hijos de Dios y au'n no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como El es.
3 Y todo el que tiene esta esperanza puesta en El, se purifica, asi' como El es puro.
4 Todo el que practica el pecado, practica tambie'n la infraccio'n de la ley, pues el pecado es infraccio'n de la ley.
5 Y vosotros sabe'is que El se manifesto' a fin de quitar los pecados, y en El no hay pecado.
6 Todo el que permanece en El, no peca; todo el que peca, ni le ha visto ni le ha conocido.
7 Hijos mi'os, que nadie os engane; el que practica la justicia es justo, asi' como El es justo.
8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifesto' con este propo'sito: para destruir las obras del diablo.
9 Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en e'l; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
10 En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no practica la justicia, no es de Dios; tampoco aquel que no ama a su hermano.
11 Porque este es el mensaje que habe'is oi'do desde el principio: que nos amemos unos a otros;
12 no como Cai'n que era del maligno, y mato' a su hermano. ¿Y por que' causa lo mato'? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.

Amemos de hecho, no de palabra

13 Hermanos, no os maraville'is si el mundo os odia.
14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte.
15 Todo el que aborrece a su hermano es homicida, y vosotros sabe'is que ningu'n homicida tiene vida eterna permanente en e'l.
16 En esto conocemos el amor: en que El puso su vida por nosotros; tambie'n nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
17 Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazo'n contra e'l, ¿co'mo puede morar el amor de Dios en e'l?
18 Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
19 En esto sabremos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de El
20 en cualquier cosa en que nuestro corazo'n nos condene; porque Dios es mayor que nuestro corazo'n y sabe todas las cosas.
21 Amados, si nuestro corazo'n no nos condena, confianza tenemos delante de Dios;
22 y todo lo que pidamos lo recibimos de El, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de El.
23 Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros como El nos ha mandado.
24 El que guarda sus mandamientos permanece en El y Dios en e'l. Y en esto sabemos que El permanece en nosotros: por el Espi'ritu que nos ha dado.


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