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La Biblia de las Américas

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Malaquias 3



El di'a del juicio

1 He aqui', yo envi'o a mi mensajero, y e'l preparara' el camino delante de mi'. Y vendra' de repente a su templo el Senor a quien vosotros busca'is; y el mensajero del pacto en quien vosotros os complace'is, he aqui', viene --dice el SENOR de los eje'rcitos.
2 ¿Pero quie'n podra' soportar el di'a de su venida? ¿Y quie'n podra' mantenerse en pie cuando El aparezca? Porque El es como fuego de fundidor y como jabo'n de lavanderos.
3 Y El se sentara' como fundidor y purificador de plata, y purificara' a los hijos de Levi' y los acrisolara' como a oro y como a plata, y sera'n los que presenten ofrendas en justicia al SENOR.
4 Entonces sera' grata al SENOR la ofrenda de Juda' y de Jerusale'n, como en los di'as de antano y como en los anos pasados.
5 Y me acercare' a vosotros para el juicio, y sere' un testigo veloz contra los hechiceros, contra los adu'lteros, contra los que juran en falso y contra los que oprimen al jornalero en su salario, a la viuda y al hue'rfano, contra los que niegan el derecho del extranjero y los que no me temen --dice el SENOR de los eje'rcitos.
6 Porque yo, el SENOR, no cambio; por eso vosotros, oh hijos de Jacob, no habe'is sido consumidos.

El pago de los diezmos

7 Desde los di'as de vuestros padres os habe'is apartado de mis estatutos y no los habe'is guardado. Volved a mi' y yo volvere' a vosotros --dice el SENOR de los eje'rcitos. Pero deci's: "¿Co'mo hemos de volver?"
8 ¿Robara' el hombre a Dios? Pues vosotros me esta'is robando. Pero deci's: "¿En que' te hemos robado?" En los diezmos y en las ofrendas.
9 Con maldicio'n esta'is malditos, porque vosotros, la nacio'n entera, me esta'is robando.
10 Traed todo el diezmo al alfoli', para que haya alimento en mi casa; y ponedme ahora a prueba en esto --dice el SENOR de los eje'rcitos-- si no os abrire' las ventanas del cielo, y derramare' para vosotros bendicio'n hasta que sobreabunde.
11 Por vosotros reprendere' al devorador, para que no os destruya los frutos del suelo; ni vuestra vid en el campo sera' este'ril --dice el SENOR de los eje'rcitos.
12 Y todas las naciones os llamara'n bienaventurados, porque sere'is una tierra de delicias --dice el SENOR de los eje'rcitos.

El justo y el injusto

13 Vuestras palabras han sido duras contra mi' --dice el SENOR--. Pero deci's: "¿Que' hemos hablado contra ti?"
14 Habe'is dicho: "En vano es servir a Dios. ¿Que' provecho hay en que guardemos sus ordenanzas y en que andemos de duelo delante del SENOR de los eje'rcitos?
15 "Por eso ahora llamamos bienaventurados a los soberbios. No so'lo prosperan los que hacen el mal, sino que tambie'n ponen a prueba a Dios y escapan impunes."
16 Entonces los que temi'an al SENOR se hablaron unos a otros, y el SENOR presto' atencio'n y escucho', y fue escrito delante de El un libro memorial para los que temen al SENOR y para los que estiman su nombre.
17 Y ellos sera'n mi'os --dice el SENOR de los eje'rcitos-- el di'a en que yo prepare mi tesoro especial, y los perdonare' como un hombre perdona al hijo que le sirve.
18 Entonces volvere'is a distinguir entre el justo y el impi'o, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.


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