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La Biblia de las Américas

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San Marcos 10



Jesu's en Judea

1 Levanta'ndose de alli', Jesu's se fue a la regio'n de Judea y al otro lado del Jorda'n; y se reunieron de nuevo las multitudes junto a El, y una vez ma's, como acostumbraba, les ensenaba.

Ensenanza de Jesu's sobre el divorcio

2 Y se le acercaron algunos fariseos, y para ponerle a prueba, le preguntaban si era li'cito a un hombre divorciarse de su mujer.
3 Y respondiendo El, les dijo: ¿Que' os mando' Moise's?
4 Y ellos dijeron: Moise's permitio' al hombre escribir CARTA DE DIVORCIO Y REPUDIARla.
5 Pero Jesu's les dijo: Por la dureza de vuestro corazo'n os escribio' este mandamiento.
6 Pero desde el principio de la creacio'n, Dios LOS HIZO VARON Y HEMBRA.
7 POR ESTA RAZON EL HOMBRE DEJARA A SU PADRE Y A SU MADRE,
8 Y LOS DOS SERAN UNA SOLA CARNE; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne.
9 Por tanto, lo que Dios ha unido, ningu'n hombre lo separe.
10 Y ya en la casa, los disci'pulos volvieron a preguntarle sobre esto.
11 Y El les dijo: Cualquiera que se divorcie de su mujer y se case con otra, comete adulterio contra ella;
12 y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.

Jesu's bendice a los ninos

13 Y le trai'an ninos para que los tocara; y los disci'pulos los reprendieron.
14 Pero cuando Jesu's vio esto, se indigno' y les dijo: Dejad que los ninos vengan a mi'; no se lo impida'is, porque de los que son como e'stos es el reino de Dios.
15 En verdad os digo: el que no reciba el reino de Dios como un nino, no entrara' en e'l.
16 Y toma'ndolos en sus brazos, los bendeci'a, poniendo las manos sobre ellos.

El joven rico

17 Cuando sali'a para seguir su camino, vino uno corriendo, y arrodilla'ndose delante de El, le pregunto': Maestro bueno, ¿que' hare' para heredar la vida eterna?
18 Y Jesu's le dijo: ¿Por que' me llamas bueno? Nadie es bueno, sino so'lo uno, Dios.
19 Tu' sabes los mandamientos: "NO MATES, NO COMETAS ADULTERIO, NO HURTES, NO DES FALSO TESTIMONIO, no defraudes, HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE".
20 Y e'l le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud.
21 Jesu's, mira'ndolo, lo amo' y le dijo: Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendra's tesoro en el cielo; y ven, si'gueme.
22 Pero e'l, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueno de muchos bienes.

Peligro de las riquezas

23 Jesu's, mirando en derredor, dijo a sus disci'pulos: ¡Que' difi'cil sera' para los que tienen riquezas entrar en el reino de Dios!
24 Y los disci'pulos se asombraron de sus palabras. Pero Jesu's respondiendo de nuevo, les dijo: Hijos, ¡que' difi'cil es entrar en el reino de Dios!
25 Es ma's fa'cil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios.
26 Ellos se asombraron au'n ma's, diciendo entre si': ¿Y quie'n podra' salvarse?
27 Mira'ndolos Jesu's, dijo: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios.
28 Entonces Pedro comenzo' a decirle: He aqui', nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.
29 Jesu's dijo: En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mi' y por causa del evangelio,
30 que no reciba cien veces ma's ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna.
31 Pero muchos primeros sera'n u'ltimos, y los u'ltimos, primeros.

Jesu's anuncia su muerte por tercera vez

32 E iban por el camino subiendo a Jerusale'n, y Jesu's iba delante de ellos; y estaban perplejos, y los que le segui'an teni'an miedo. Y tomando aparte de nuevo a los doce, comenzo' a decirles lo que le iba a suceder:
33 He aqui', subimos a Jerusale'n, y el Hijo del Hombre sera' entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenara'n a muerte y le entregara'n a los gentiles.
34 Y se burlara'n de El y le escupira'n, le azotara'n y le matara'n, y tres di'as despue's resucitara'.

Peticio'n de Jacobo y Juan

35 Y se le acercaron Jacobo y Juan, los dos hijos de Zebedeo, dicie'ndole: Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que te pidamos.
36 Y El les dijo: ¿Que' quere'is que haga por vosotros?
37 Ellos le dijeron: Conce'denos que en tu gloria nos sentemos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
38 Pero Jesu's les dijo: No sabe'is lo que pedi's. ¿Pode'is beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que soy bautizado?
39 Y ellos le dijeron: Podemos. Y Jesu's les dijo: La copa que yo bebo, bebere'is; y sere'is bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado,
40 pero el que os sente'is a mi derecha o a mi izquierda, no es mi'o el concederlo, sino que es para quienes ha sido preparado.
41 Al oi'r esto, los diez comenzaron a indignarse contra Jacobo y Juan.
42 Y llama'ndolos junto a si', Jesu's les dijo: Sabe'is que los que son reconocidos como gobernantes de los gentiles se ensenorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos.
43 Pero entre vosotros no es asi', sino que cualquiera de vosotros que desee llegar a ser grande sera' vuestro servidor,
44 y cualquiera de vosotros que desee ser el primero sera' siervo de todos.
45 Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

El ciego Bartimeo es sanado

46 Entonces llegaron a Jerico'. Y cuando sali'a de Jerico' con sus disci'pulos y una gran multitud, un mendigo ciego llamado Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino.
47 Y cuando oyo' que era Jesu's el Nazareno, comenzo' a gritar y a decir: ¡Jesu's, Hijo de David, ten misericordia de mi'!
48 Y muchos lo reprendi'an para que se callara, pero e'l gritaba mucho ma's: ¡Hijo de David, ten misericordia de mi'!
49 Y Jesu's se detuvo y dijo: Llamadle. Y llamaron al ciego, dicie'ndole: ¡Ani'mate! Leva'ntate, que te llama.
50 Y arrojando su manto, se levanto' de un salto y fue a Jesu's.
51 Y dirigie'ndose a e'l, Jesu's le dijo: ¿Que' deseas que haga por ti? Y el ciego le respondio': Raboni', que recobre la vista.
52 Y Jesu's le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobro' la vista, y le segui'a por el camino.


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